"Mientras escribo" Stephen King (Reseña)

Stephen King puede que no sea un autor nobel, pero tiene su magia. Hay algo que aprender de él.

Daniel T. Hodgson

3/7/20253 min read

No sé qué me pasaba por la cabeza cuando decidí comprar este libro. Me había propuesto tomar un respiro en cuanto a la compra de literatura. Me pareció sabio controlar ese espíritu arrebatado que me animaba a llenar mi mesa de obras pendientes. Cada libro sumado a la torre me provocaba más ansiedad que alegría. Sin embargo, Mientras Escribo fue una fuerza que hizo saltar al tapón por las nubes, saliendo, de nuevo, mi espíritu comprador de libros.

¿Por qué este libro llamó mi atención? Porque, en él, Stephen King habla sobre el oficio de ser escritor. «Tiene que ver conmigo» dije. Este autor puede que no sea para un Nobel, pero tiene su magia. Y quiero aclarar esto: no he dicho que tiene magia, sino que, repito, tiene su magia.

Mientras Escribo no es un libro técnico. King no aborda —si acaso muy poco— asuntos del lenguaje. Intenta, más bien, orientar la perspectiva del aspirante a escritor. Y me parece maravilloso que no se centre en lo técnico —lo he conversado con amigos: eso se aprende en dos semanas, en YouTube—.

King considera que un escritor nace —que esto no desanime a nadie—; que los talleres de escritura sirven para muy poco, y que es de vital importancia tener un L. I. (lector ideal). ¿Para quién debe escribir un escritor? Para quien quiera hacerlo él, diría King. En su caso, él escribe para su esposa, Tabitha. Cuando elabora el primer borrador de una novela, él piensa mucho en si la historia le parecerá divertida a ella, o en si no le gustará. Todo lo que escribe es en función de su L. I.

El autor nos dice algo muy valioso: no se puede gustar a todo el mundo. Es irremediable que una obra nuestra no guste a muchas personas. Pero también es verdad que le gustará a muchas otras. Lo importante para King es que sus libros tienen una razón de ser primaria. Nunca, según cuenta en el libro, ha escrito pensando en el dinero. La razón de ser de su escritura es que le guste a su esposa. Todo lo demás es añadidura. Sin ese norte le costaría tremendamente escribir. Incluso corriera el riesgo de que el acto de escribir perdiera sentido.

La obra es importante. Cualquier aspirante a escritor debería leerla, ya por último, por curiosidad. Advierto que es densa; aburrida por largos ratos. Sobre todo, al principio, donde King relata cómo inició su interés por la escritura, sus años de escuela y sus bromas. El estilo de King es ralo. No usa palabras rimbombantes. Lo denso de este libro consiste en lo cansino de su biografía. A veces se siente que no se llega nada, incluso me detuve a pensar por un momento si acaso yo estaba encerrado en un laberinto de oraciones.

A pesar de todo, el libro no me estorba. Lo guardo en mi librero, estoy orgulloso de tenerlo. Ha sumado puntos a mi perspectiva de escritor. Y mi mentalidad experimentó un cambio importante con su lectura. El hecho de escribir pensando en el lector ideal; en una persona, con cara específica, nos quita un peso enorme de encima. Y en vez de correr riesgos de escribir una obra pésima, según yo, ocurriría todo lo contrario. Centrar un libro en una sola persona permitiría una soltura sin precedentes en el estilo.

Esto no es un análisis, mucho menos riguroso, de Mientras Escribo. Llamémosle un pellizco a la curiosidad para los aspirantes a escritores. Es seguro que sufrirán con la densidad de sus páginas, pero, al final, se quedarán con una buena sensación. Se verán llenos de la magia personal de Stephen King.

Dejémosla ahí.